EL DRAGÓN DE KOMODO
Hallazgo
Aunque los nativos lo conocían bien y lo llamaban "cocodrilo de tierra" o "varano gigante" y a pesar de su tamaño, era desconocido para la ciencia hasta el año 1910, los científicos supieron de él debido a las noticias llevadas por los pescadores de perlas holandeses Kock y Aldégon al gobernador. El teniente Steyn van Hensbroek logró matar un dragón, tomar una foto y obtuvo piel y restos especímenes. En 1912 fue descrito por el director del Museo de Buitenzorg, Peter A. Ouwens. En 1926 W. Douglas Burden realizó una expedición a Komodo y cumplió el objetivo de obtener varios ejemplares, capturando 27 y examinando 70.
Hacia el año 2001 había aproximadamente 6.000 especímenes vivos. Habita 4 pequeñas islas de Indonesia: Komodo (1.700), Rinca (1.300), Gili Motang (100) y Flores (aproximadamente 2.000). El dragón de Komodo es actualmente una especie amenazada y se encuentra en la lista roja de la UICN.
Comportamiento
Alimentación
Este animal es un reptil cazador al acecho y carroñero que, para matar, no tiene que atrapar a su presa, sino que basta con que la muerda una vez, ya que su saliva tiene enzimas anticoagulantes y hasta 82 tipos diferentes de bacterias que provocan una paralización en su presa, que muere a las pocas horas. Entonces, el dragón de Komodo sólo tiene que seguir el rastro de su presa, y comérsela.
Para mayor eficacia de su mordedura, por evolución, los varanos de Komodo han desarrollado una dentadura compuesta por largos dientes curvos que poseen su borde cóncavo posterior ligeramente aserrado. Ésto y la gran fuerza que cada unos de estos dientes puede ejercer facilita la profunda penetración del mordisco atravesando el cuero y gran parte de la musculatura de la presa con lo que contamina rápidamente la sangre de la víctima así como la debilita por la hemorragia.
Después de haber acechado y mordido a su víctima, que por lo general suele tener un tiempo suficiente como para huir gravemente herida hasta cierta distancia, los varanos de Komodo siguen su rastro aprovechando su lengua bífida que les permite un sentido del olfato direccional; luego al encontrar a la víctima agonizante la devoran. Cuando sus víctimas son grandes éstas son devoradas por varios dragones de Komodo al mismo tiempo; estos reptiles pueden ingerir el cuero, los huesos y hasta las pezuñas de sus presas.
Los dragones de Komodo no muestran demasiada actividad durante las horas de máximo calor del día, convirtiéndose en auténticos cazadores en las horas crepusculares e incluso a primeras horas de la noche. Se han registrado carreras de corta distancia para atacar a algunas presas que han superado los 20 kilómetros por hora, aunque siempre en pequeñas distancias, utilizando de modo más efectivo el ataque por sorpresa, normalmente junto a fuentes de agua. Los adultos en su hábitat natural se alimentan con cabras, cerdos, jabalíes, ciervos, perros y búfalos, aunque han llegado a matar y a comerse a las personas, en especial a los niños. Los jóvenes se satisfacen con ratas, pájaros, pequeños lagartos e insectos.
Desplazamiento
Los dragones de Komodo pueden alcanzar una velocidad equiparable a la del trote humano (unos 20km/h) pese a sus patas cortas y cuerpo bastante pesado y macizo, para llegar a "trotar" poseen una excelente capacidad aeróbica ya que el corazón de estos animales en tales circunstancias puede dividirse en solo dos ventrículos, lo que le da más eficacia aeróbica. Tal eficacia se refuerza al poseer estos animales un dispositivo óseo en su alargado cuello que les permite expandir el ancho de su tráquea y así poder inhalar y exhalar con gran eficiencia el aire que respiran. Dentro del agua, estos reptiles muestran unas excelentes cualidades natatorias, llegando a desplazarse entre islas con extraordinaria facilidad. Generalmente se movilizan en grupos de 2 a 10 dragones. Este varano es el mayor superpredador de su hábitat por lo cual (excepto el humano) su mayor rival sería otro dragón de Komodo. Las luchas entre machos pueden ser una mera demostración de fuerza, o un combate en serio. Los dos adversarios se levantan sobre sus patas traseras, normalmente aguantándose sobre el otro contrincante, y se arañan, se dan coletazos o se muerden.
Reproducción
Los dragones de Komodo maduran sexualmente entre los 5 y 7 años. El acoplamiento ocurre en primavera. El macho lame la nariz y el cuerpo y rasca el cuello, la espalda y los flancos de la hembra, antes de acoplarse; luego exhibe dos hemipenes, uno de los cuales acopla en la hembra. La hembra pone entre 15 y 35 huevos, cuyo período de incubación varía de 8 a 8,5 meses. Cada huevo pesa en promedio 250 g. En diciembre de 2006, los científicos británicos descubrieron que las hembras de este saurio, son capaces de reproducirse sin ser fecundadas por un macho, por partenogénesis y hasta ahora los ejemplares así nacidos que han sido observados, son machos. Los expertos, que relatan su investigación en la revista científica británica Nature, han detectado ese proceso de reproducción asexual, conocido como partenogénesis, en dos hembras de esa especie en peligro de extinción que vivían en cautividad en dos zoos británicos aisladas de los machos.
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